
Seguramente esta sucesión de hechos les parezca de lo más trivial pero para este pechito, la felicidad justamente está hecha de esos pequeños detalles, algunos a primera vista algo insignificantes, pero en conjunto me acercan al gozo. Mi sensibilidad (que a veces raya en la vulnerabilidad) me facilita el camino hacia ella, a través de las cosas más simples de la vida. “Pequeños regalos”, les digo yo. Por ejemplo, un día soleado, mi canción favorita en la radio, tener suficientes cigarrillos, no pagar pasaje, que mi abuela no cocine mondonguito, etc. Sin embargo la orgía no siempre suele ser perpetua. Algo igualmente simple e inofensivo puede hacer que mi panorama estelar cambie inesperadamente y así pasar de un lindo amanecer, a un tormentoso ocaso. Una acción involuntaria, un inofensivo ademán, una palabra demás, un mohín inesperado y todo se va a la mierda.
Ya en el paradero la combi no tarda en aparecer y para mi suerte al fondo hay sitio. El tipo pisa tanto que avanzamos rápidamente. La música no está tan mal, tiene un volumen humanamente normal, el cobrador no apesta. Al parecer sigue la buena racha.El camino hacia Z es lejano, como resulta todo destino desde mi casa. Que vivo en el orto del mundo, afirman los malcriados. Harto kilometraje, aducen los enfermos. Creo que buena parte de mi tiempo lo he desperdiciado en las combis, les corrijo. Mientras atravieso la ciudad, me distraigo observando a los pasajeros y me río de los stickers que adornan la combi: Looney Toones faiterasos acompañados de frases como: Después de mi eres como moneda que va de mano en mano, Las feas pagan doble (pasaje), Quieres polvo.... sígueme, Si manejo mal... llama a tu hermana para que jale mi palanca, Pague con sencillo y no con la falsa carajo!.. etc. Si los dibujantes de la Warner supieran lo que los combistas han hecho con sus adorables personajes, seguramente nunca más los vuelven a dibujar.
De pronto la combi frena en seco al llegar a un transitado cruce. En un gesto más que involuntario, giro la cabeza para divisar por la ventana y es entonces cuando ZAZ vienes a mi encuentro de la forma más inesperada. Sobre un blanquísimo muro, un graffiti elefantiásico me pide a gritos que no me olvide tu nombre. La canción se raya; la chela se acaba… Mierda, ¿tú otra vez? cuando demonios me dejarás en paz. No te das cuenta que acabas de arruinar mi récord de los 30 minutos sin pensar en ti. Las siguientes horas se constituyen en una sucesión incontenible de recuerdos, una rica lluvia de pensamientos obsesivos donde tú eres el único protagonista. ERES TÚ, SOLO TÚ… QUIEN ME PUEDE AYUDAR O ME CONDENA grita José José desde la radio.
Ese tipo de cosas me suceden a diario sin que yo lo busque, en serio, se los puedo jurar. No es que yo invente pretextos para pensar en él, al contrario y sobre todo en salvaguarda de mi integridad mental, me esfuerzo día a día para no recordarlo. Más aún porque tengo la ligera sospecha de que no es recíproco. ME CUESTA TANTO CREER QUE NO TENGAS CORAZÓN, QUE YO HE SIDO EN TU CADENA DE AMOR TAN SOLO UN ESLABÓN. Y EN TU ESCALERA UN PELDAÑO AL QUE NO TE IMPORTA PISAR Y HACERLE DAÑO… oe, ya pes José José no me metas el dedo en la llaga que aún no sana. Saco mis headphones y sintonizo en el discman algo neutral como mecanismo de defensa, sin embargo todo esfuerzo es inútil…
Tu nombre en los muros de la calle o en las paredes del baño, tu nombre en el letrero de la panadería, tu nombre en la radio, tu nombre en una historia de Bolaño, tu nombre en la película del martes, tu nombre en la cúpula de la iglesia, tu nombre en la persona que está antes que yo en la cola, tu nombre en todos lados y el vano intento de hacer un poema con ello...
Serán casualidades, meras coincidencias, señales de que aún no debo olvidarme de ti porque todavía puede pasar algo, o solo es mi paranoia. Tal vez mi deseo inconsciente de seguir unida a ti de esa forma. No quisiera creer que pensar en ti se ha convertido un hábito para matar las horas muertas. No lo sé, son cosas del Orinoco y aunque sepa la respuesta seguramente no ha de satisfacerme. Probablemente la cuestione y finalmente le de la contra. Mientras la lucha por liberarme de tu recuerdo continúa, os dejo con una canción que cae de perillas. Porque, parafraseando al puto José José, nada es para siempre porque hasta la belleza cansa… tu recuerdo se acaba. Eso espero.
Soundtrack del Post: Always on my mind, Pet Shop Boys (versión)Ya en el paradero la combi no tarda en aparecer y para mi suerte al fondo hay sitio. El tipo pisa tanto que avanzamos rápidamente. La música no está tan mal, tiene un volumen humanamente normal, el cobrador no apesta. Al parecer sigue la buena racha.El camino hacia Z es lejano, como resulta todo destino desde mi casa. Que vivo en el orto del mundo, afirman los malcriados. Harto kilometraje, aducen los enfermos. Creo que buena parte de mi tiempo lo he desperdiciado en las combis, les corrijo. Mientras atravieso la ciudad, me distraigo observando a los pasajeros y me río de los stickers que adornan la combi: Looney Toones faiterasos acompañados de frases como: Después de mi eres como moneda que va de mano en mano, Las feas pagan doble (pasaje), Quieres polvo.... sígueme, Si manejo mal... llama a tu hermana para que jale mi palanca, Pague con sencillo y no con la falsa carajo!.. etc. Si los dibujantes de la Warner supieran lo que los combistas han hecho con sus adorables personajes, seguramente nunca más los vuelven a dibujar.
De pronto la combi frena en seco al llegar a un transitado cruce. En un gesto más que involuntario, giro la cabeza para divisar por la ventana y es entonces cuando ZAZ vienes a mi encuentro de la forma más inesperada. Sobre un blanquísimo muro, un graffiti elefantiásico me pide a gritos que no me olvide tu nombre. La canción se raya; la chela se acaba… Mierda, ¿tú otra vez? cuando demonios me dejarás en paz. No te das cuenta que acabas de arruinar mi récord de los 30 minutos sin pensar en ti. Las siguientes horas se constituyen en una sucesión incontenible de recuerdos, una rica lluvia de pensamientos obsesivos donde tú eres el único protagonista. ERES TÚ, SOLO TÚ… QUIEN ME PUEDE AYUDAR O ME CONDENA grita José José desde la radio.
Ese tipo de cosas me suceden a diario sin que yo lo busque, en serio, se los puedo jurar. No es que yo invente pretextos para pensar en él, al contrario y sobre todo en salvaguarda de mi integridad mental, me esfuerzo día a día para no recordarlo. Más aún porque tengo la ligera sospecha de que no es recíproco. ME CUESTA TANTO CREER QUE NO TENGAS CORAZÓN, QUE YO HE SIDO EN TU CADENA DE AMOR TAN SOLO UN ESLABÓN. Y EN TU ESCALERA UN PELDAÑO AL QUE NO TE IMPORTA PISAR Y HACERLE DAÑO… oe, ya pes José José no me metas el dedo en la llaga que aún no sana. Saco mis headphones y sintonizo en el discman algo neutral como mecanismo de defensa, sin embargo todo esfuerzo es inútil…
Tu nombre en los muros de la calle o en las paredes del baño, tu nombre en el letrero de la panadería, tu nombre en la radio, tu nombre en una historia de Bolaño, tu nombre en la película del martes, tu nombre en la cúpula de la iglesia, tu nombre en la persona que está antes que yo en la cola, tu nombre en todos lados y el vano intento de hacer un poema con ello...
Serán casualidades, meras coincidencias, señales de que aún no debo olvidarme de ti porque todavía puede pasar algo, o solo es mi paranoia. Tal vez mi deseo inconsciente de seguir unida a ti de esa forma. No quisiera creer que pensar en ti se ha convertido un hábito para matar las horas muertas. No lo sé, son cosas del Orinoco y aunque sepa la respuesta seguramente no ha de satisfacerme. Probablemente la cuestione y finalmente le de la contra. Mientras la lucha por liberarme de tu recuerdo continúa, os dejo con una canción que cae de perillas. Porque, parafraseando al puto José José, nada es para siempre porque hasta la belleza cansa… tu recuerdo se acaba. Eso espero.
"You were always on my mind, it’s true... I never thought of anyone else but youYou were on my mind and in my dreams..."

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